La construcción de la identidad verbal para La Mafia parte del insight de que salir a comer no debería ser un dilema entre lo rutinario y lo inalcanzable. Se ha desarrollado una voz de marca que posiciona la experiencia gastronómica como un lujo cotidiano accesible, articulada bajo el concepto "hacer lo habitual memorable".

La estrategia lingüística emplea recursos como la segunda persona singular para generar complicidad, enumeraciones rítmicas para crear impacto sonoro, y un equilibrio entre simplicidad y riqueza expresiva que refuerza el posicionamiento entre la tradición italiana y la innovación contemporánea.






La identidad verbal de Stalvian surge de la necesidad de desmitificar el mundo financiero para personas que buscan autonomía sin complejidad técnica. El proceso creativo se fundamenta en el concepto "la belleza de la constancia", transformando la percepción del ahorro desde el sacrificio hacia la tranquilidad, donde pequeñas acciones diarias construyen progreso real y sostenible en el tiempo.

El lenguaje resultante privilegia la claridad y el minimalismo expresivo, utilizando tiempos verbales que anclan las decisiones en el presente mientras proyectan beneficios futuros. La arquitectura comunicacional establece territorios creativos que vinculan cotidianidad con valor, innovación con mejora continua, y construye una relación de acompañamiento donde la marca facilita herramientas sin imponer ritmos al usuario.


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FRAN VICENTE



Bloom


Cliente: Bloom
Proyecto: Identidad conceptual y Dirección de Arte

Identidad Verbal
Identidad Visual
Naming
Dirección de Arte
Desarrollo conceptual
Copywriting

Bloom
es una marca de moda y diseño que se define por la búsqueda de lo esencial. Su identidad trasciende la estética para convertirse en una exploración del cuerpo como primer espacio, primer lenguaje, primera arquitectura.

Este proyecto es una reflexión visual sobre la presencia y la forma, desarrollada a través de tres enfoques: cuerpos convertidos casi en hologramas, desmaterializados en luz y sombra; siluetas sutiles que insinúan más de lo que muestran; y estructuras inspiradas en microorganismos, donde la escala se diluye y la materia se replantea. Cada imagen, cada textura, funciona como un umbral entre lo visible y lo intuido, entre lo físico y lo etéreo.

Desde la identidad verbal hasta la composición gráfica, cada decisión ha sido tomada con precisión, evitando lo superfluo y atendiendo a lo esencial. Bloom no impone formas, las revela. En su lenguaje visual, el vacío no es ausencia, sino posibilidad.